Estuve probando unos highlighters (rotuladores fluorescentes) y lo he aprovechado para ilustrar este versículo que me ha saltado de la página mientras leía la Biblia:

El Señor quiere hacer muy claro que Él es justo, y ama la justicia. Nosotros, en general podemos decir que también amamos la justicia. La verdad es que cuando vemos la justicia aplicada en cualquier evento de la vida, nos sentimos muy bien.
No podemos, entretanto, decir que somos totalmente justos. Solamente Dios es justo porque conoce todas las variantes de cada situación. Nuestra justicia personal es marcada por nuestra historia de vida y no conocemos el 100% de cada situación. Además, y más importante, no somos capaces de «leer» los corazones.
¿Cómo podemos aplicar las verdades de este versículo en nuestras vidas?

En primer lugar podemos confiar que cuando entregamos una situación que requiere una justicia aplicada, Dios va a traer justicia de una manera perfecta. Tenemos esta confianza aún que no parezca posible o todas las puertas estén cerradas. Si enfrentamos una situación injusta, debemos entregarla al Señor y esperar pacientemente. Dios también ha dicho:
Mía es la venganza y la retribución; – Deuteronomio 32:35

En segundo lugar, nosotros somos llamados justos cuando nos rendimos al Señor. Podemos disfrutar del trabajo del Espíritu Santo en nosotros, mostrándonos el camino justo y esperando justicia en nuestra vida. Podremos confiar que si la justicia está en nuestras manos, también el Señor nos guiará a hacer lo correcto.
Los ojos del SEÑOR están sobre los justos, y sus oídos {atentos} a su clamor. –Salmo 34:15
Mara