Leemos Génesis 37:
3 Israel amaba a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores. 4 Al ver sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos ellos, lo aborrecían y no podían hablarle pacíficamente.
5 Tuvo José un sueño y lo contó a sus hermanos, y ellos llegaron a aborrecerlo más todavía. 6 Él les dijo:
—Oíd ahora este sueño que he tenido: 7 estábamos atando manojos en medio del campo, y mi manojo se levantaba y se quedaba derecho, y vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban ante el mío.
8 Entonces le respondieron sus hermanos:
—¿Reinarás tú sobre nosotros, o dominarás sobre nosotros?
Y lo aborrecieron aún más a causa de sus sueños y sus palabras.
9 Después tuvo otro sueño y lo contó a sus hermanos. Les dijo:
—He tenido otro sueño. Soñé que el sol, la luna y once estrellas se inclinaban hacia mí.
10 Y lo contó a su padre y a sus hermanos; su padre le reprendió, y le dijo:
—¿Qué sueño es éste que tuviste? ¿Acaso vendremos yo, tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti?
11 Sus hermanos le tenían envidia, pero su padre meditaba en esto.

La historia de José de Egipto es una de mis favoritas de toda la Biblia. En ella vemos la fidelidad de Dios, su favor con los Suyos, Su soberanía … pero también vemos nuestra condición de pecado, y cómo tenemos esta tendencia de pecar.
En resumen, Jacob, ahora llamado Israel, tuvo 10 hijos y después en su vejez tuvo a José y Benjamín de Raquel, su esposa más amada. Jacob le manda hacer a él una túnica de muchos colores. Esta túnica pasa a ser motivo de envidia y rencor.
¿Qué lecciones podemos aprender de esta túnica?

1)Jacob, aún con muchos años y experiencia de vida, muestra favoritismo abiertamente por uno de sus hijos. Se entiende que era pequeño, hijo primogénito de su esposa favorita, Raquel. Ella había fallecido durante el parto del otro hijo aún más pequeño que José llamado Benjamín. Su falta de sensibilidad como padre de muchos hijos, llevo a todos estos sentimientos de envidia entre los hijos.
Lección para nosotros: nuestros hijos son diferentes y merecen, por eso, un trato distinguido, pues sus necesidades así lo serán. Sin embargo, debemos esforzarnos en dar un trato justo y lo más equitativo posible. La sabiduría y equilibrio vienen de Dios, podemos pedirle que nos ayude a saber cómo hacerlo.
2) José, que además de tener la túnica especial empieza a tener sueños, muestra mucha imaturidad contando sus sueños a sus hermanos. Estos mostraban como sus hermanos se curvaban delante de él. Eran sueños verdaderos y venidos de Dios. No se sabe cuántos años tenía en esta época pero sería mejor haber guardado tales sueños en su corazón.
Lección para nosotros: siempre debemos cuidar lo que decimos o contamos a las personas. Debemos siempre andar en humildad aún que tengamos razón para estar llenos de orgullo. El callarse es siempre la mejor opción, la Biblia bien lo dice.
3) Los hermanos se dejaron llevar por el resentimiento planeando cosas horribles en contra de José. Dejaron que sus corazones se llenaran de odio y pecado. Pasaron de ser víctimas a ser crueles hacedores del mal.
Lección para nosotros: Aún que suframos injusticias, no debemos tomar la situación en nuestras propias manos. El Señor es justo y ve todo. Él lucha por nosotros. Debemos esperar por su tiempo y por su intervención. Puede que no llegue en el tiempo que deseamos pero podemos confiar que va a ser siempre el tiempo idóneo.

4) Hay una cuarta lección que es la más impresionante. Todos ellos actuaron mal en diferentes momentos. Todos desobedecieron los preceptos de Dios. Aún así, se ve como la historia de José da un giro inesperado y la voluntad perfecta de Dios se cumple. Esta voluntad era utilizar a José para salvar el pueblo de Israel en tiempo de hambrura.
Lección para nosotros: Dios es soberano en nuestras vidas y tiene la última palabra. Estando en sus manos evitaremos muchos de esos errores, pero en caso que nos equivoquemos, es alentador saber que todo puede ser revertido en bien cuando Dios es parte de la ecuación.