
Hoy en día hay un gran número de personas con disturbios del sueño. Yo misma he tenido etapas de la vida que llegar a dormir fue todo un reto, necesitando de casi un ritual para sacar un mínimo provecho de la noche.
Es durante la noche que todos los pensamientos malos y preocupaciones vienen a la superficie y todo parece peor de lo que es. La ansiedad tiene rienda suelta. El sueño tan necesario se va.
En mi lectura de hoy tocaba uno de los versículos más queridos en mi familia, pues lo memorizamos con los niños de pequeños para cuando tenían miedo o no podían dormir.
Ambos versículos se encuentran en Salmo 4:
4 Temblad, y no pequéis;
Meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad. …
8 En paz me acostaré, y asimismo dormiré;
Porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado.
En número 8 todavía lo recitamos a nuestros hijos cuando están enfermos, llenos de temor a alguna circunstancia de la vida, y oramos estas palabras sobre ellos.

Es también en el silencio de la noche que podemos hablar y oír a Dios. Hay algo especial cuando estamos solos en la penumbra de la noche, en que podemos conectar con Dios. Cuando me despierto por la noche sin razón aparente, hablo con Dios. Le pregunto si hay algo por que orar, le pregunto se quiere hablar conmigo … y escucho.
Así que te animo a sacar provecho de una situación que quizás te sea difícil en el momento: el insomnio. Cuando estés despierta por la noche, ora, habla con Dios. Un consejo que leí una vez es tener un bloque de notas en la mesilla de noche. Cosas que puedes apuntar:
- Tareas por hacer que temes olvidar
- Motivos de oración (después puedes conferir las respuestas que seguramente vendrán)
- Nombres de personas que te vienen a la mente, quizás Dios te está mostrando una necesidad por que orar.
- Todas tus preocupaciones, presentándolas a Dios
- Lo que te dice Dios a tu corazón y mente. No tengas miedo de oírle pensando que te estás inventando tú misma. Escríbelo, ora, y si al final piensas ser un pensamiento tuyo, por lo menos lo escribiste y esto es buena terapia mental. La verdad es que Dios nos habla más de lo que nos damos cuenta.
- Ora por tus hijos, esposo y otros familiares, escribe lo que el Señor pone en tu corazón y después comparte con ellos.
Comenta sobre esto, si tienes más ideas,
Al terminar estos pensamientos, este versículo me vino a la mente:
Salmos 121:4-6
¡Dios cuida de Israel,
y nunca duerme!Dios te cuida y te protege;
Dios está siempre a tu lado.
Durante el día,
el sol no te quemará;
durante la noche,
no te dañará la luna.
Quédate en la paz,
Mara