Vivimos en un mundo muy peligroso. Tenemos eso en consideración todo el tiempo, tomando precauciones de seguridad mientras nos movemos por la vida. Es una batalla común y diaria en la tribu global en que vivimos. La maldad tiene rienda suelta y no sabemos en quien confiar.
Al nivel espiritual también hay una batalla trabada a cada día. Es una batalla invisible entre el bien y el mal. A veces, las circunstancias concretas son una manifestación de esta gran guerra. La estratégia principal del mal es que desconozcamos esta batalla y vivamos indiferentes a la necesidad de protección.
El texto de hoy, del Rey David, habla del escudo que tenemos en Dios:
10 Mi escudo está en Dios, Que salva a los rectos de corazón.
Salmo 7:10
David busca salvación y vindicación en este Salmo. Está en medio a esta batalla. Habla de su «enemigo» y como le persigue. Él toma posesión de la protección prometida a los rectos de corazón.
Dios es nuestro escudo, es nuestro refugio bien presente, es nuestra salvación, es nuestro defensor … y la lista continúa. Su justicia es perfecta y nunca falla. Más tarde o más temprano se manifiesta. Me pregunto: ¿cómo se puede vivir alejado de Dios y no bajo su protección? Yo no creo que sea posible una vida así con paz y gozo.
Es posible vivir una vida alejada de Dios, teniendo algo de éxito, momentos felices, y algunas bendiciones. La Biblia mismo dice the llueve para justos e injustos. Pero en aquel momento, en que ponemos nuestra cabeza en la almohada para una noche de descanso, no es posible tener paz completa si no es tras el escudo de Dios, bajo su protección.
Eso no significa que los problemas no existirán, sino que tú estás en las manos del Dios poderoso y justo, que es tu escudo, que tiene todo en su control, que te ama y quiere lo mejor para ti. El problema es cuestión de tiempo hasta que Sus buenos propósitos se cumplan en tu vida. Uff ¡Qué paz!
Como el salmista David termino esta publicación:
Alabaré al Señor conforme a su justicia, Y cantaré al nombre del Señor, el Altísimo.
Somos seres sociales diseñados para vivir en compañía de otras personas. Nececitamos tanto dar como recibir amor. Si a balanza no está equilibrada, estaremos frustradas, nos sentiremos utilizadas y nuestra auto-image va a sufrir.
En la semana pasada he abordado este tema, el auto image. Lo puedes leer aquí: Mi forma de ser
Nuestras relaciones familiares son las más importantes, seguidas de las amistades, compañeros de trabajo, y conocidos. En este mismo orden, cuando la balanza no está equilibrada, más roto nuestro corazón va a estar.
Todas hemos tenido experiencias en que alguién de nuestra propia familia, o alguien más, nos haya defraudado. Esto duele mucho. Quisiera hablar de algunas causas, encontrar una solución que traerá los mejores resultados.
Tu marido se olvida de un día especial, como puede ser tu cumpleaños. Te sientes herida.
Tu hija se rehusa a compartir contigo algún secreto, el cual lo comparte abiertamente con el padre. Te sientes traicionada.
Tu madre muestra una preferencia hasta tus hermanos. Te sientes en segúndo plano.
Tu jefe elige a otro para una promoción en el trabajo. Te sientes olvidada.
Tu amiga, que no te habla hace mucho, te llama pidiendo un favor. Te sientes utilizada.
Estas son pocas de las muchas situaciones que pueden estar trayendo dolor a tu vida ahora mismo. Es increíble cómo el ser humano puede causar tanto daño a los otros. Ojo, a la mejor somos nosotras las que causamos dolor en alguna ocasión.
Cuando hablamos de vida supernatural, buscamos una salida fuera de nuestros propios recursos. Te invito a abordar este tema desde la perspectiva de Dios.
Nos pensamos en Él. Se siente herido.
Buscamos otras soluciones fuera de Él. Se siente traicionado.
Preferimos otros pasatiempos, en vez de buscarle a Él. Se siente en segundo plano.
Elegimos toda suerte de experiencias espirituales y no pensamos en Él. Se siente olvidado.
Solamente le hablamos para pedir algo. Se siente utilizado.
Con esta nueva perspectiva, podemos llegar a ver que somos culpables también. Desde este otro plano, vemos que Dios conoce nuestros sentimientos, nuestras emociones. Puede solidarizarse con nosotros.
De vuelta a la balanza del amor dado y recibido. Cuando salimos de nuestra realidad inmediata y pasamos a buscar respuestas supernaturales, nos deparamos con el gran amor de Dios. Imagina una balanza totalmente volcada del lado de Dios, pesada con Su amor por nosotras. Nuestro camino con Cristo empieza así y nunca cambia, porque poco podemos hacer para balancear la relación, siempre pesará de Su lado.
No hay nada que pueda sustituir el sentirse amada de esta manera, lo mínimo que quieres hacer es retribuirle, siguiéndole, aún que sea entre andar, caerse y levantarse de nuevo. Él no espera perfección de nosotras, solamente nuestro amor y devoción. No le importa que no podamos, por más que hagamos, traer equilibrio a la balanza.
Lo que pasa, entretanto, es que cuando recibimos tanto amor, somos llevadas a compartirlo. Es algo tan natural como un jarro de agua que no puede contener más y empieza a derramar el agua por todos los lados.
Cuanto encontramos el amor supernatural de Dios, hay un cambio de prisma radical. Estamos llenas de él y queremos dar a otros lo que a nosotras nos fue dado gratuitamente. Nuestra auto-image sufre una transformación y dos cosas pasarán:
No necesitaremos tanto de las personas que nos cercan. Seremos completas con Él.
Empezamos a dar más a las personas que nos cercan, y la respuesta de ellas puede que llegue a ser lo que toda la vida hemos esperado.
Sin Dios, estamos en un círculo vicioso que va en una dirección. De repente, con Él, hay una transformación y los elementos del círculo cambian. .
Esta es la ecuación del amor de Dios. Es algo que funciona porque es supernatural. He experimentado su amor y vivo en su amor. Las cosas no se hacen perfectas de la la noche a la mañana, pero con Su amor, puedo esperar, porque Él es suficiente.
Nadie tiene mayor amor que el dar la vida por sus amigos — Juan 13:15
Hoy dejo esta pregunta: ¿Ya has pensado en empezar a seguir a Jesús, llenar tu vida de su amor y, como consecuencia, tocar a todos en tu vida con este amor abundante? ¡Haz la prueba!
Si quieres saber cómo llegar a empezar este camino con Cristo, escríbeme sin compromiso. (Mara). Estaré dispuesta en ofrecer algunos enlaces y recursos en que puedas saber más a respecto.
En la siguiente publicación compartiré unos pasos muy prácticos, para el día al día, para llenar tu vida y las de los que te cercan de amor.
Esta semana, toma el paso de conocer más sobre el amor De Dios. Puedes empezar por leer El Evangelio de Juan.